Saludos, que bueno poder extenderme. Les contare que este año ha sido tan distinto a otros, que he necesitado tiempo para internalizar todo lo ocurrido y poder sentarme a escribir. Mi año comenzó con un cambio repentino de hogar que no estaba esperando, pero dentro de la fidelidad de mi Abba y como parte de su voluntad para mi vida lo aprendí aceptar sin vergüenza y/o sentido de culpabilidad. ¿Porque digo eso? Porque en ocasiones nos ubicamos en un lugar de volvernos víctimas de la opinión de la gente. Nos paralizamos en abrazar las bendiciones provocadas por años de obediencia y fe por la opinión de alguien que no ha caminado en tus zapatos ni un solo día. Y sin más preámbulo y porque ya no hay como pararme hoy te digo “Cambia tu Perspectiva”
No quiero ser tan irreal de ubicarme en el lugar de la motivadora que te habla sin sustancia. Me ubicare en el lugar de alguien que te puedo hablar por experiencia. Así como el año comenzó con tantas nuevas sorpresas, a la par Dios estaba permitiendo un momento de “Crisis” desde mi perspectiva para producir un cambio de mentalidad. Siempre me gusta mencionarle a la gente, no te enfoques en el problema, enfócate en que es lo que Dios te quiere mostrar. Uso el termino crisis porque el cuerpo cuando no sabe por el cambio que esta atravesando entra en “crisis, y así me sentí por dos largos meses. Fue un cambio tan repentino que les confesare, al no saber cómo manejarlo todo, llego a mi vida una palabra muy común llamada “Frustración” Eh, ¿Pastora es en serio? Pero no eres la que siempre hablas de FE, ESPERANZA y de como no rendirse.¡He aprendido a siempre ver las cosas desde el lado positivo, pero esta vez me sentí frustrada!
¿Antes de seguir con la historia podríamos tomar una línea de este blog para definir lo que es frustración?
Del latín frustratĭo, la frustración es la acción y efecto de frustrar (dejar sin efecto o malograr un intento). Se trata de un sentimiento desagradable que se produce cuando las expectativas de una persona no se ven satisfechas al no poder conseguir lo pretendido.
¿Entonces qué era lo que yo pretendía? Yo pretendía tratar de cambiar mi escenario a la medida que yo quería, con los recursos que yo quería, y con el conocimiento vago de lo que yo pensaba que sabía acerca de lo que estaba ocurriendo. Espero ya tener toda su atención para entonces así poder abrirle mi corazón. Sin pedirlo o esperarlo en una de las temporadas de mayor éxito en nuestras vidas como familia mi hijo mayor comenzó a luchar con la ansiedad. Puedes pasar por mi listado de blogs y conocer un poco más acerca del blog “Nunca te mantengas de brazos cruzados” para que entiendas un poco mas, pero todo comenzó a raíz de ese suceso. Después de algunas evaluaciones el problema número uno, era el trauma que la operación había causado en mi niño. El recuerdo del suceso lo tenía muy presente y al nunca trabajar con el, un recuerdo se convirtió en un trauma provocando ansiedad sobre su vida. No estaba preparada para todo lo que iba a comenzar a suceder o al menos así pensé en un momento.
Entonces tuve que aprender a disciplinarme en el proceso por el cual estaba atravesando. Fueron días largos, de mucha paciencia y determinación. Comencé la búsqueda de recursos y psicólogos junto a mi oración e intercesión a favor de su vida.
Al cabo de unas 8 semanas, donde de lunes a viernes llegaba hasta el salón de clases con él, me sentaba en el pupitre al lado de él y permanecía ahí junto a él para que supiera que no estaba solo en el proceso. Sus amiguitos ya me traían detallitos y siempre me saludaban. Las maestras fueron todas tan entendidas que aun vivo agradecida por toda la ayuda y amor brindado. Pero tengo muy presente uno de esos días, donde me sentía agotada física y mentalmente recibo una llamada dentro del salón. En la primera oportunidad que tuve devolví la llamada a mi mejor amiga. Sus primeras palabras fueron “Tuve un Sueño” sabia inmediatamente que Dios me iba hablar porque es una mujer que Dios usa a través de los sueños. Sus palabras fueron “tienes que cambiarle la perspectiva a Kenneth” después de contarme todo el sueño sentí que un peso se me había sido removido de los hombros.
Me acuerdo haberme sentado en la hora de recreo con la maestra y decirle las mismas palabras, “necesito que me ayudes a cambiarle la perspectiva” A partir de ese día tuve que tomar la decisión más difícil de toda madre que tiene un niño con ansiedad a la separación (separarme) el primer día no fue nada fácil, pero lo logro 3 horitas sin mi. El segundo tercero y cuarto día lo mismo. Una semana después lo mismo. Y mientras pasaban los días descubrimos juntos que él podía hacerlo. Mi declaración era que lo logrará antes de terminar el semestre, y así fue. La ansiedad lo había paralizado en tantas áreas que al principio lloraba porque no entendía, pero cuando logré cambiar su perspectiva ante la situación pude también descubrir lo que Dios quería mostrarme.
El día de su graduación se paro en tarima y junto a sus amiguitos bailo, canto y volvió a ser él. Mientras las lagrimas corrían por mis mejillas entendí que cuando ves la situación desde el lugar donde Dios te a posicionado entenderás que lo que estas atravesando no fue destinado para ahogarte sino empoderarte y empujarte a lo próximo. Semanas después me conecté con una madre pasando una situación tan similar y solo tuve que contarle mi proceso. Su respuesta fue, tu proceso me acaba de liberarme de una carga con la que llevo años. La perspectiva viene desde el lugar donde estas invirtiendo mayor tiempo.