Nos arreglábamos para salir a nuestro servicio de todos los domingos, mientras preparaba a Matthew; Kenneth y papi comían walnuts sentados en el family room. Mi esposo siempre se los picaba en cánticos antes de dárselos. Para ese entonces Kenneth solo tenia 1 año y 6 meses. De repente escucho al nene tosiendo y mi esposo desesperado me llama. Cuando entro a la habitación mi hijo ya estaba cambiando de color. Su rostro demostraba ansiedad y miedo. Creo que nunca estamos preparados para un evento como este. Mi hijo se estaba ahogando con un walnut. Me acuerdo haber tratado de darle en la espalda pero dentro del desespero mi esposo tomarlo y llevárselo a la cocina buscando removerle lo que tenia en la boca. Dentro de gritos y lagrimas logramos al fin escuchar el llanto de mi hijo y su rostro comenzar a tornarse rojo. No lo pensamos dos veces en montarlo en el auto y llevarlo a emergencia.
El Doctor lo evaluó y nos dijo todo esta bien, solo fue un susto. No saben cuántas veces le di gracias a Dios que todo estaba bien.
A partir de ese momento comencé a notar a Kenneth un poco distinto. El siempre fue muy activo. Me acuerdo que tenia un trampolín y llegaba todos los días después del cuido a brincar. Era su lugar preferido. A veces se llevaba su “nana” sabana y con su tablet se acostaba hasta quedarse dormido. El amaba su trampolín.
Pero precisamente fue ahí donde note que él no estaba bien. Llegaba del cuido y saltaba por solo unos segundos y no podía respirar. Comenzaba a toser tan fuerte que él mismo se detenía y salía de su lugar preferido. Fueron dos largos meses de noches sin descansar y días donde yo notaba su respiración desmejorando. Cómo mamá yo sabía que algo no andaba bien. Lo lleve varias veces a su doctor y en varias ocasiones le hacían MRIs solo para decirme “El no tienen nada.”
Pero cuando sabes que algo anda mal pero no sientes que llegas a ningún lugar? Insistía e insistía. “El no esta bien” llego el momento de no esperar más y llame a una oficina especializada en Neumólogia. Como toda cita tuve que esperar dos largas semanas. Cuando llegó el día estaba ansiosa por saber que le ocurría a mi pequeño. Me acuerdo que llamaron a Kenneth y mi esposo y yo pasamos con Kenneth y Matthew todavía pequeñito. La Dra. fue tan amable en explicarle lo que le iba hacer. E inmediatamente ella ubico su estetoscopio y noto que su respiración en el pulmón derecho sonaba más corta. Después de varios intentos nos dice “Tu hijo tiene algo en su pulmón”
Era un sentido de alivio pero a la vez uno de incertidumbre por cual seria el próximo paso.
Sabes cuando llega una noticia que no esperas pero no tienes oportunidad para pensar o planificar sino actuar. Lo transportan al hospital del niño y allí comenzó todo el proceso. De una sala a otra lo llevaban y como mamá solo piensas si es tan grave como lo pintan o puedes permanecer tranquila porque es algo normal dentro de la situación. Cuando logran hacerle los estudios más profundos notan que su pulmón derecho esta a punto de un colapso de tan inflamado que estaba.
Les diré que estos doctores eran jóvenes y sentía que no sabían lo que hacían. Solo me seguían diciendo él tiene algo en el pulmón que esta obstruyendo el aire.
“Tenemos que entrar a verificar lo que tiene” A todas esas madres que han tenido la difícil tarea de decidir sobre una operación o procedimiento quirúrgico les envió mis respetos. Lo primero que me notifican es que él es muy pequeño para la anestesia así que solo lo cederían para que el no estuviera consciente de lo que le iban hacer. A Kenneth le hicieron una broncoscopia levemente sedado pero él estuvo muy consciente y no permitió que le hicieran el procedimiento. Solo lograba escuchar su llanto a la distancia y sentir que mi bebe me necesitaba. Cuando el Dr. sale me dice “Mama” no podemos con él. Mi pequeño es tan fuerte que puedo entender porque no pudieron llevar acabo el procedimiento. Así que tuvimos que optar por la anestesia. Una hora y treinta minutos tomaron en encontrar el cuerpo extraño dentro de su pulmón y removerlo.
Cuando nos dicen “Los Papas de Kenneth Rivera” salimos corriendo a encontrarnos con los Doctores. “Mama, Papa le sacamos 3 pedazos de Walnut del pulmón derecho de Kenneth. Estaban justamente en la via. Es un milagro que ese pulmón no haya colapsado.” No te diré lo difícil que fue verlo atado a todas aquellas maquinas o lo difícil del proceso. Pero sí quiero recalcar la insistencia de mamá.
En ocasiones las personas no comprenden lo difícil que es ser responsable de una criatura o todo lo que sé atraviesa llegando a madurar como mujer y madre. Algunas desarrollan el sexto sentido o el instinto maternal. Es importante que nunca pases por alto lo que sabes que no esta bien. Conocemos a nuestros chiquitos y ellos dependen completamente de nosotras. Cuando notes algo raro no lo dejes pasar por alto. Busca ayuda, pregúntale a tu hijo o hija si todo anda bien. Para mi Kenneth fue este suceso pero a lo mejor tu caso es distinto. Nunca te quedes de brazos cruzados y día a día lucha por ellos.
Celebro la Victoria de saber que mi hijo esta bien y ya es ese niño activo y radiante. La biblia nos menciona una mujer llamada Rizpa. Fue una mujer que dentro de su difícil situación lucho por la justicia de sus hijos. Se mantuvo firme en su posición hasta que alguien notara la condición de sus hijos.