Has pensado que hoy estás donde estás porque hubieron personas en el camino que nunca se rindieron contigo.
Si lo miramos en el entorno natural, estaban tu mamá y tu papá, las primeras personas en considerar tu gestación. Sin conocer cuál será el proceso por 9 meses, pero ahí estaban esperando ese momento en el que finalmente llegarías.
El Dr. fue el único con la experiencia y el conocimiento para manejarte en esos primeros minutos de tu vida. El que junto con tu madre provocó ese nacimiento. ¡No olvidemos a las enfermeras que te dieron tu primer baño, tu primer peinado y te mantuvieron agradable y cuidada hasta el día en que finalmente te enviaron a casa!
En el proceso de crecimiento, no olvidemos a los abuelos, los que consentían o corregían, ¡no importa! Y que de los tíos y tías que animaban las fiestas o te decían “lo vas a lograr”.
Para algunos sería imposible olvidar al maestro que, en medio de la mala nota, siempre te daba una última oportunidad para corregir el error y salir victorioso antes de finalizar el semestre. Todavía me acuerdo de mi maestra de cuarto grado, la Sra. Milligan, en un momento difícil de mi adolescencia en el que estaba aprendiendo a superar mis limitaciones nunca me dejo en mi proceso de aprendizaje. ¡Oye!, Y ese amigo que siempre tuvo una palabra a tiempo que te hizo sentir identificado o amado en la etapa juvenil, una tan COMPLICADA y EMOCIONAL. Nada como un amigo que todavía está a tu lado incluso cuando no entiendes por qué. Algunos han tenido un jefe que siempre vio el potencial y te posicionó para el éxito. Y no olvidemos a nuestros mentores, guías o padres espirituales que nunca han comprometido la voz de Dios en nuestras vidas. Ayudándonos a lograr lo que Dios mismo trazó para nuestro bienestar.
¿A dónde voy con esto, preguntas?
¡Hoy quiero hacerte entender que nunca haz estado solo!
Eres quien eres porque incluso las personas que no recuerdas en tu proceso fueron perfectamente posicionadas por Dios para guiarte a tu Destino. E igual en tu camino has conocido a personas no tan amables, comprensivas o cariñosas, ¡todas fueron parte de tu proceso para llegar a donde estás HOY!
Entonces, qué fácil es para nosotros olvidarnos de todas aquellas personas que un día nos dieron la mano, nos dieron consejos, incluso aquellos que con solo una sonrisa alegraron nuestro día. Seamos más sensibles al agradecer a Dios por tanta gente hermosa que nos rodea todos los días. Te pregunto; Nunca pensaste que podrías ser esa persona que lleva a otro a su Destino porque le diste un consejo a tiempo o simplemente porque le sonrientes en su peor día. Amemos de nuevo, multipliquemos la bondad y la compasión, sobre todo, demos gracias a Dios por todas las personas que en el camino te ayudaron.